Se especializa en fabricar y distribuir envases descartables de aluminio para la industria gastronómica. Desde su planta en Avellaneda abastece a todo el país.
Alpac abarca más del 50% del mercado nacional.
Alpac nació en 1993 y desde entonces se especializó en fabricar y distribuir envases descartables de aluminio para el delivery y la industria gastronómica, y los rollos de aluminio de uso doméstico, industrial y profesional. En su planta de más de 1.500 m2, en el partido de Avellaneda, también produce rollos de film de PVC y de papel manteca.
“Empezamos el emprendimiento con un amigo. Arrancamos sin conocer nada del negocio, nos metimos, fuimos creciendo, fuimos tomando mercado, nos tecnificamos bastante y adquirimos algunas otras compañías que eran competidoras”, resume Leandro Motzo, su fundador, en el quinto capítulo de Hecho en Argentina.
Hoy, Alpac abastece a todo el país, un mercado que consume más de 800 toneladas anuales. Como explica, “estamos en casi todos los supermercados y casi todas las personas son consumidores de nuestros productos, porque cuando uno hace la compra de un delivery va en las bandejas nuestras”. En los dos últimos años, la empresa logró por primera vez exportar a Uruguay, Paraguay, Perú e inició negociaciones para ampliar su negocio a Estados Unidos.
Para esos planes, la intención es seguir creciendo y modernizando: “Sacamos un crédito a través de la Secretaría Pyme del Ministerio de Desarrollo Productivo y con eso adquirimos 4 líneas de producción. Actualmente tenemos 6 líneas de rollos de aluminio y 9 de producción de bandejas”.
La empresa destaca que trabaja con las mejores prácticas en los procesos, avalados por la certificación ISO 9001:2015. El foil utilizado es de primera calidad y es prelubricado con aceite farmacéutico alimentariamente aprobado por la Dirección de laboratorios y controles técnicos del SENASA, cumpliendo con todas las normas internacionales.
Pero más allá de todo, lo que aflora es el espíritu familiar de la firma, en la que se desempeñan el padre de Leandro, sus hermanos y hace poco tiempo tiempo comenzó a trabajar su hijo.
“Estamos muy orgullosos de poder generar valor, trabajo y de apostar a lo que nos gusta hacer. Somos apasionados por lo que hacemos y nos genera mucha felicidad estar permanentemente generando cosas positivas”, cierra Leandro.